Hace unos días, en la portada del ABC, algunas caras conocidas daban soporte al lema “Yo sí voy a misa”

¿No es MUY estúpido salir en la portada de un periódico presumiendo de hacer algo que es tan fácil hacer? Resulta bastante ridículo sacar pecho por ir a misa en un país en el que la religión mayoritaria es la católica y en el que  hay una iglesia casi en cada barrio.

Es como si yo presumiera de ir a la biblioteca pública de mi pueblo. Bueno, pues ahí está, abre cada día para que vaya quien quiera. Nadie ni nada me impide abrir la puerta dentro del horario establecido y entrar. Con la pequeña diferencia de que en mi pueblo hay más parroquias que bibliotecas.

Ir a misa es fácil, pero seguir el ejemplo de Cristo, eso ya es otro cantar. Ir a misa es fácil, pero no ser un hipócrita y comportarte conforme a la fe que profesas, eso ya es otro cantar. Ir a misa es fácil, pero ir a misa e intentar molar, eso ya es… ¡Qué coño! Eso es imposible.

Lo primero que llamó mi atención al ver esa portada en el ABC es que en ella hubiera tres mujeres orgullosas de decir en voz alta “soy católica”

Resulta extraño, casi de ciencia ficción, que haya mujeres satisfechas con una religión que las relega a tareas de limpieza y cuidado de los demás. En la Iglesia solo toman decisiones los hombres: el papa, los cardenales, los obispos… ¿Y quién está en la base de la organización? Las pringadas, las monjitas, haciendo el trabajo sucio: yendo a misiones, cuidando ancianos, robando niños…

Ser mujer y apoyar, ufana, un sistema tan machista es como darle las gracias a tu carcelero por guardar a buen recaudo las llaves de la celda que habitas.

La Iglesia nos dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Pero si observas el asunto con objetividad, verás que los hombres han aprovechado la religión para mantener su estatus. Así que es más lógico pensar que fueron los hombres quienes crearon a Dios a su imagen, semejanza  y sobre todo, interés. Y esa es la prueba de que las religiones son inventos de los hombres: TODAS son machistas.

La segunda cosa que llamó mi atención al ver esa portada plagada de meapilas, es que parece que ir a misa se ha convertido en sinónimo de ser de derechas y tener dinero. ¿Soy la única a la que le parece raro que ese jipi de Cristo, cuyo lema era tan radical como “Dios es amor”, haya acabado siendo el líder espiritual de la de la derecha más recalcitrante?

¿En qué momento el mensaje de Jesucristo, tan rompedor y  progresista, empezó a cuadrar bien con las ideas más conservadoras y rancias de la derecha española?

La iglesia se encargó de encontrar la cuadratura del círculo y para estar cerca de la gente poderosa, manipuló el mensaje de Cristo y lo moldeó hasta hacer que encajara bien con mentalidades de negocios.

Por eso el rezo cristiano se parece tanto al “pedir favores” de los liberales. Por eso la iglesia creó una espiritualidad piramidal en la que “se llega al padre a través del hijo”, una idea equiparable al “llevarse bien con el concejal para llegar al alcalde” que tanto ha ayudado a algunxs a hacer negocios.

Se rumorea que la Iglesia católica, en su afán por facilitar el bienestar moral de lxs poderosxs y hacer así de la espiritualidad un camino sencillo y compatible con los deseos más mundanos, va a cambiar algunos de sus mandamientos, que en breve pasarán a ser:

Yo que sé. Parece que ir a misa no es sinónimo de ser buena gente. Ni mucho menos.